viernes, 18 de julio de 2008

Quiero saber qué es lo que quiero ahora,
quiero guiar por dónde va mi vida,
quiero tener más plumas en mis alas,
quiero actuar con sincera alegría...

Quiero notarte muy cerca y no tenerte,
quiero olvidar qué es la monotonía,
quiero intuir las cosas de la gente,
quiero gustar de mi melancolía...

Quiero soles, noches y amaneceres,
y sentirme más viva cada día,
y sacar de lo nimio los placeres,

y estar psíquicamente en armonía...
quiero, en fin, lo que más se apetece
y no se dice nunca en una poesía...

jueves, 17 de julio de 2008


...y ahora, con todas estas cosas, me pongo tierna...

y un ronroneo silencioso se escapa de mi cabeza para tratar de tocarte, para intentar intuir dónde estás... do te hallas...

para averiguar tus tristezas y provocar a tus inquietudes...

para que nada te dañe... y para que yo tampoco...

y soy sutil... y jamás te diré lo que te dicho...

o lo que a veces no he llegado a decirte...

porque te extraño y te tengo...

¿cómo decirlo?...

una inmensa cantidad de cariño...

lunes, 14 de julio de 2008

Un pedazo de tu alma

(enviado a mi correo un grato día de primavera...)

Me dijiste un día, no hace mucho, que te sorprendo.
No necesariamente para bien o para mal, sino que, unas veces para bien y otras para mal, simplemente te sorprendo.
Que no sabes por donde te voy a salir con mis comentarios, que no encuentras la correlación en mis respuestas.

Y la verdad es que te entiendo. Te entiendo porque, bien lo sabes y bien lo sé, soy una persona diferente.
Soy diferente porque todos lo somos, sí, pero también porque siempre me enseñaron a elegir mi propio camino.
Un camino propio, no necesariamente correcto, que me ha llevado a no seguir los caminos de los demás simplemente porque sí.
Y simplemente porque sí parece la única respuesta para seguir la corriente del mundo que me rodea.
Nunca he sido capaz de encontrar otra explicación, racional o no, acerca de por qué debería seguir la corriente del mundo.
Eso me ha llevado a una máxima que siempre he intentado cumplir.
"Jamás hagas lo mismo que hacen todos los demás, por muy bueno que parezca ser".
Y nunca lo he hecho. Y eso me convierte en diferente. Y raro. Porque genero mi propia realidad alternativa.
Y en esa realidad no hay corrientes que seguir. Todo se debe meditar, porque todo debe ser construido desde cero.
Cualquier opinión, cualquier pensamiento. Todo esta libre de juicio previo. Un mar de ideas independientes, y totalmente incorreladas.
Seguramente no habrá nadie en el mundo que este más equivocado que yo. Pero no me importa.
Porque siempre sabré que el camino que he seguido lo elegí yo mismo. Que lo generé yo mismo. Que no me vino impuesto.
Que nunca pisé sobre los pasos de otros. Y aunque esté equivocado no me importa. Porque por dentro soy feliz.


Me dijiste un día, no hace mucho, que te sorprendo.
Que soy impredecible, que no eres capaz de ver hacia dónde me dirijo.
Que puedo parecer enfadado y a la vez no estarlo, o no parecerlo y a la vez estarlo.

Y la verdad es que te entiendo. Porque mi empeño es pasar por este mundo creando el menor daño posible.
Y eso me hace ser diferente. Me hace enterrar mis sentimientos intentando contentar a los demás.
Mi empeño es evitar la confrontación. Siempre. Pero no siempre se puede evitar.
No poder evitar la confrontación es algo que me destroza. Que me quema por dentro. Que me mata.
Pero a veces la confrontación llega, sin más remedio. Y entonces estoy preparado para triunfar.
No estoy preparado simplemente para luchar. Estoy preparado para ganar. Y gano.


Las últimas semanas he hablado mucho contigo. Y he aprendido. He aprendido mucho. Muchísimo.
Y supongo que es algo de lo que te tengo que estar agradecido. No lo supongo, estoy seguro.
Porque me has ayudado a entenderme. Me has ayudado a volver a comprender mis ideas. A ver que aún tienen un motivo.
Y lo más importante. Me has hecho ver que son buenas. Que merece la pena luchar por ellas. Que merece la pena morir por ellas.

Hoy he hablado contigo. Y puede que me hayas notado extraño. No extraño, pero sí extrañado.
Y la verdad es que, en el fondo, lo estaba. Estaba extrañado.

Hoy me toca a mí decirte algo. Está muy dentro de mí, enterrado en el fondo de mi corazón.
Y estoy seguro de que es el momento de decirtelo. Estoy seguro de que no puedo seguir escondiendolo más.
Porque me pasa cada vez que hablo contigo. Cada vez que te veo. Cada vez que te siento.



Te tengo que decir... que... simplemente...


Me desconciertas.

(gracias por tan bellas palabras, gracias por tan bello espíritu)